Ponchea la masa y transfiérela a una superficie engrasada. Usando un rodillo, extiende la masa en un rectángulo de 16 x 12 pulgadas (40x30cm).
Con el dorso de una cuchara o una espátula, extiende 2 cucharadas (30g) de mantequilla ablandada sobre dos tercios de la masa extendida.
Espolvorea ½ taza (50g) de queso cheddar sobre dos tercios de la masa.
Dobla la masa como una carta en tercios, comenzando con el lado sin mantequilla del rectángulo. Gira la masa 90° y repite extendiendo la masa en un rectángulo de 16 x 12 pulgadas (40x30cm).
Nuevamente, unta 2 cucharadas (30g) de mantequilla ablandada sobre dos tercios del rectángulo. Espolvorea la ½ taza (50g) restante de queso cheddar sobre dos tercios de la masa.
Dobla la masa como una carta en tercios, comenzando con el lado sin mantequilla del rectángulo.
Corta la masa en 8 piezas iguales.
Gira cada pieza y junta los extremos, pellizca los extremos y colócalos en una bandeja para hornear con papel pergamino.
Cubra con un paño de cocina y deje reposar durante 20-30 minutos.
Mientras tanto, precalienta el horno a 400F (200C).
Pincela los bollos con huevo batido y espolvorea semillas de sésamo por encima.
Hornea durante 18-20 minutos o hasta que estén inflados y dorados.