Asa el pimiento rojo en una sartén, sobre la estufa o en el horno hasta que la piel se ampolle. Retira del fuego, espolvorea con sal, cubre y deja enfriar.
Pela el pimiento asado y quita las semillas.
Coloca el queso feta en el tazón de un procesador de alimentos. Agrega el pimiento asado, el ajo picado, las hojuelas de chile rojo y el jugo de limón. Procesa hasta que se desmorone.
Agrega yogur y aceite de oliva y continúa procesando hasta que se convierta en una pasta espesa y cremosa.
Transfiere el dip de feta a un tazón.
Decora con migas de feta, perejil fresco, copos de chile y un chorrito de aceite de oliva.
Sirve con pan tostado, pan crujiente o palitos de verduras crujientes, como zanahorias y pepinos.
Refrigere las sobras. Debe consumirse en unos pocos días.