Precalienta el horno a 350°F (180°C).
En una cacerola pequeña, añade azúcar y agua. Derrite a fuego medio y cocina sin revolver hasta que el azúcar se disuelva y adquiera un color caramelo.
Coloca el chocolate en un bol resistente al calor y derrítelo al baño maría. Déjalo enfriar a temperatura ambiente.
Retire del fuego y vierte el caramelo caliente en el fondo de un molde de 9 pulgadas (23cm). Gira el molde para distribuirlo uniformemente. Deja a un lado mientras preparas la mezcla de queso crema.
En un bol grande, mezcle el queso crema hasta que esté suave. Incorpore los huevos uno a uno, el extracto de vainilla, la sal, la leche condensada azucarada, el chocolate derretido y la leche evaporada. Mezcle bien hasta que estén combinados.
Vierte la mezcla de queso crema sobre el caramelo en el molde.
Coloca la sartén en una sartén más grande, colócala en la rejilla del horno y añade agua hirviendo hasta la mitad de los lados de la sartén.
Hornee durante 40-50 minutos hasta que esté firme o hasta que un palillo insertado en el centro salga casi limpio.
Retira el molde del agua y enfría completamente en una rejilla de enfriamiento.
Cubra y refrigere por al menos 4 horas o mejor durante la noche.
Pasa un cuchillo alrededor de los bordes del pastel para desmoldarlo y voltea sobre un plato para servir.
Si algo del caramelo está pegado al fondo de la sartén, coloque la sartén en una bandeja con agua caliente para derretir la salsa de caramelo. Vierta la salsa sobre el pastel.
Agregue decoración de chocolate encima si lo desea ((He hecho algunas hojas de chocolate) y sirva.