Precalienta el horno a 375°F (190°C). Forra dos bandejas para hornear con papel pergamino.
Coloca la mantequilla en una cacerola pequeña y cocina a fuego medio, revolviendo ocasionalmente hasta que la mantequilla adquiera un color marrón y a nuez. Puede tomar unos minutos.
Tamiza la mantequilla en un tazón grande y deja enfriar a temperatura ambiente.
Añade ambos azúcares sobre la mantequilla marrón y comienza a mezclar hasta que esté cremoso. Añade el huevo y la vainilla y continúa mezclando hasta que esté bien incorporado y cremoso.
En un tazón mediano mezcla la harina con el cremor tártaro, el bicarbonato de sodio, la sal y la canela.
Con la batidora en baja velocidad, incorpóralo gradualmente en la mezcla de mantequilla.
En un tazón pequeño, bate juntos el azúcar y la canela.
Usa una cuchara para helado para tomar cantidades iguales de masa (alrededor de una cucharada grande) y enróllala en bolas con tus manos.
Enrolle cada bola en la mezcla de azúcar y canela y colóquela en la bandeja para hornear preparada.
Espolvorea sal marina en escamas (fleur de sel) sobre cada uno.
Hornea durante 7-9 minutos hasta que los bordes estén dorados y los centros estén esponjados.
Enfríe completamente en una rejilla de enfriamiento.