Lo primero al hacer la mermelada es esterilizar los frascos y las tapas. Lávalos a fondo y asegúrate de que estén bien secos antes de añadir la mermelada dentro. Puedes usar fácilmente el lavavajillas a alta temperatura o, en caso de que no tengas uno, simplemente lava los frascos y sécalos en el horno (275 F, 130 C) hasta que estén completamente secos y mantenlos calientes hasta que la mermelada esté lista. Es importante mantener los frascos calientes para evitar que se rompan cuando los llenes con la mermelada caliente.
Despepita los chiles pero guarda algunas de las semillas para asegurarte de que la mermelada sea lo suficientemente picante. Despepita y pica los pimientos rojos. ¡Muy importante: usa guantes desechables y asegúrate de no tocarte la cara ya que esto puede ser muy irritante.
Pon los chiles y el pimiento rojo en el tazón de un procesador de alimentos y pulsa varias veces hasta alcanzar la consistencia deseada.
Mientras tanto, coloca el vinagre y el azúcar en una cacerola grande y cocina a fuego lento durante unos 20-30 minutos hasta que el azúcar se disuelva y forme una especie de jarabe.
Agrega la sal, los chiles y los pimientos rojos y deja hervir a fuego lento durante otros 30 a 60 minutos. Haz la prueba con un plato frío. Deja que la mermelada se enfríe en el plato y si se arruga y se sostiene, está lista. Si no, continúa cocinando y repite la prueba hasta obtener la consistencia adecuada.
Cuando la mermelada esté lista, vierte cuidadosamente la mermelada caliente en los frascos tibios y colócalos en un mostrador cubierto con un paño. Añade las tapas, cúbrelos con el paño y déjalos enfriar en el mostrador hasta el día siguiente.
Después de abrir, guarde la mermelada de chile en el refrigerador. Se conservará durante meses.