Precalienta el horno a 340F (170C). Engrasa y forra el fondo de un molde de 8 pulgadas (20 cm) con papel pergamino.
Separe las claras de las yemas.
En un tazón mediano, mezcle las yemas con 1/4 de taza (50g) de azúcar, ralladura de limón y extracto de vainilla, hasta obtener una mezcla cremosa y de color amarillo pálido. Gradualmente mezcle el aceite y luego agregue el agua.
Incorpora el polvo de hornear y la harina en la mezcla de yemas y reserva.
En un tazón grande, mezcle las claras de huevo con sal hasta que estén espumosas. Gradualmente agregue el 1/4 de taza de azúcar restante (50g).
Continúa mezclando hasta que se formen picos suaves.
Incorpora suavemente una cucharada de claras batidas en la mezcla de yemas y luego incorpora suavemente la mezcla de yemas en las claras batidas.
Coloca las fresas picadas en un tazón y mezcla con 2 cucharadas de harina.
Incorpora suavemente las fresas en la masa.
Vierte la masa en el molde preparado.
Hornea durante 35-40 minutos, hasta que un palillo insertado en el centro salga limpio.
Déjalo enfriar durante unos 10 minutos. Retirar del molde y enfriar completamente en una rejilla.