Precalienta el horno a 350F (180C).
En un tazón mediano, tamiza la harina con el cacao en polvo y reserva hasta que esté listo para usar.
En una cacerola mediana, añade azúcar, mantequilla y miel y coloca a fuego medio-bajo. Lleva a ebullición y continúa cocinando durante 4-5 minutos más hasta que esté fragante y se oscurezca ligeramente.
Batir con bicarbonato de sodio (burbujeará y se volverá más claro en color) y luego retirar del fuego.
Deje a un lado durante 4-5 minutos mientras bate los huevos.
Agrega sal y extracto de vainilla a la mezcla tibia.
Mientras bate continuamente, vierta los huevos batidos poco a poco hasta que todos estén incorporados.
Incorpore gradualmente la mezcla de harina tamizada y transfiera la masa a una superficie ligeramente enharinada.
Divide la masa en 8 piezas iguales.
En un papel de pergamino, extiende cada pieza a un grosor de 1-2 mm. Usando un anillo para pasteles, corta en discos de 8 pulgadas (20 cm).
Reserve los cortes restantes para hornear más tarde.
Pincha cada disco con un tenedor y hornea durante unos 7 minutos hasta que estén cocidos.
Transfiera a una rejilla de enfriamiento para enfriar completamente. A medida que los discos se enfrían, se endurecen.
Vuelve a enrollar los cortes reservados y cocina durante 7 minutos. Deja enfriar completamente y guárdalo para decoración.