En una cacerola mediana calienta el aceite a fuego medio-bajo. Añade el ajo, cocina unos segundos y luego agrega el pimentón y los tomates triturados. Añade azúcar, albahaca, orégano, hoja de laurel, sal y pimienta. Lleva a fuego lento, baja el fuego y tapa. Cocina durante unos 10 minutos o hasta que tenga la consistencia adecuada para untar en tu pizza. Cuando esté listo, retira del fuego y deja enfriar un poco antes de usarlo en tu pizza.
Precalienta el horno a 400°F (200°C). Golpea la masa, amasa, divide en 2 piezas. Forma cada pieza en una bola, luego extiende en un círculo de aproximadamente 12 pulgadas (30 cm) de diámetro. Colócala en un molde para pizza engrasado y haz algunos agujeros en la masa con un tenedor.
Extiende la salsa de tomate sobre la masa y espolvorea con orégano y albahaca. Esparce los champiñones, aceitunas y granos de maíz sobre la masa y espolvorea mozzarella por encima.
Colocar en el horno precalentado, cambiar para que el calor venga de abajo y hornear durante 15-20 minutos, hasta que el queso se haya derretido y los bordes de la corteza estén dorados.