Pela las patatas, córtalas por la mitad y luego en cuartos. Corta en rodajas de ? pulgada (3mm).
Corta la cebolla en rodajas finas.
En una sartén antiadherente de 9.5 pulgadas (24 cm) calienta aceite de oliva a fuego medio-alto. Añade las patatas y la cebolla, agrega sal al gusto y reduce el fuego a medio. Cocina durante unos 10-12 minutos hasta que las patatas estén tiernas al pincharlas con un tenedor, pero no doradas.
Retire de la sartén con una espumadera y colóquelo en un colador sobre un tazón para dejar que el aceite se escurra. Deje enfriar ligeramente. El aceite de oliva se puede colar y reutilizar.
Mientras tanto, rompe los huevos en un tazón grande. Sazona con sal y bate para combinar. Agrega las papas y cebolla enfriadas y revuelve para combinar.
Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en la sartén antiadherente y añade la mezcla de patatas y huevo. Revuelve la mezcla para que quede algo de huevo cocido en la parte superior. Presiona ligeramente y deja que la tortilla se cocine durante 5-6 minutos. Mete los bordes hacia adentro y coloca un plato más grande encima de la sartén. Voltea la tortilla sobre el plato y desliza la tortilla de nuevo en la sartén.
Ahora, dependiendo de tus preferencias de sabor, si la quieres más húmeda y jugosa o más cocida por dentro, cocina la tortilla durante 2-4 minutos más. Voltea sobre un plato de servir y deja reposar por unos minutos.
Sirve la tortilla caliente junto con una ensalada fresca y pan crujiente. ¡Disfruta!