Coloca la levadura en un bol. Añade el azúcar y revuelve hasta que se licúe. Añade la leche y deja reposar hasta que se enfríe completamente.

Combina la harina y la sal en un tazón grande. Añade la mantequilla y usando un tenedor combina hasta que se formen migajas grandes.

Agrega la mezcla de levadura/leche y combina suavemente hasta que la masa apenas se una. La mantequilla debe permanecer en piezas del tamaño de un guisante. Envuélvela con plástico, amasa lentamente para formar un cuadrado y congela durante 30 minutos o refrigera por un par de horas.

Espolvorea con harina tu superficie de trabajo y tu rodillo y comienza a extender la masa en un rectángulo aproximadamente de dos a tres veces más largo que ancho. La masa es bastante difícil de trabajar al principio, pero se unirá mientras la extiendes y doblas.

Pliega los lados cortos de la masa hacia el centro.  Gira la masa un cuarto de vuelta. Estira ligeramente para alargar. Pliega los extremos cortos hacia el centro.

Da la vuelta a la masa para que las uniones queden debajo. Repite el proceso de enrollar y doblar de los pasos 4-5,  tres veces más, dando a la masa un total de cuatro veces de enrollado y doblado.

Envuelve la masa en papel film y refrigérala durante un par de horas o mejor toda la noche.

En una superficie ligeramente enharinada, extiende la masa en un rectángulo de 16 pulgadas (40 cm) X 10 pulgadas (25 cm).  Corta la masa en triángulos, se obtendrán aproximadamente 8 triángulos de 12 pulgadas (30 cm) de largo y 3 pulgadas (8 cm) en la base.

Haz un pequeño corte en el centro de la base de cada triángulo, estira suavemente las esquinas y la punta, luego enrolla el croissant comenzando desde la parte ancha hasta la parte superior dándole la forma de croissant.

Coloca los croissants con la punta hacia abajo sobre una bandeja para hornear preparada con papel pergamino. Cubre con plástico adherente y deja que suban durante 2-3 horas a temperatura ambiente.

Precalienta el horno a 450 F (230C). Pincela los croissants con huevo batido.

Hornea durante 8 minutos, luego reduce  la temperatura del horno a 375 F (190C) y hornea durante otros 10-15 minutos hasta que estén dorados oscuros.

Enfríe en una rejilla antes de servir.