Coloca los huevos y el azúcar en un bol resistente al calor. Coloca sobre una cacerola con agua hirviendo a fuego lento y, usando una batidora eléctrica de mano, bate durante 6–8 minutos o hasta que esté espeso y pálido.
Retirar del fuego, añadir la pasta de vainilla y dejar enfriar un poco. Puedes transferir a otro recipiente para que se enfríe más rápido.
Batir la crema hasta que se formen picos firmes. Incorporar suavemente en la mezcla de huevo hasta que esté bien combinado.
Vierte la mezcla de crema en un recipiente de almacenamiento cubierto y colócalo en el congelador. Congela durante al menos 4 horas o toda la noche.