Precaliente el horno a 350 grados F (180 grados C). Unte con mantequilla un molde redondo para pastel de 10 pulgadas (26 cm).
Pela las manzanas y espolvorea jugo de limón sobre ellas. Córtalas en gajos, quita el corazón y corta en rodajas.
Derrite la mantequilla en una cacerola. Añade 5 cucharadas de azúcar y cocina hasta que el azúcar se disuelva y la mezcla se vuelva de color dorado. Vierte la mezcla en el molde preparado y coloca las rodajas de manzana. Espolvorea 2 cucharadas de azúcar y añade 1 cucharada de mantequilla cortada en trozos pequeños sobre las manzanas. Cocina en el horno mientras preparas la masa para el pastel.
Mientras las manzanas están en el horno, prepara la masa del pastel. Separa las claras de huevo de las yemas. Bate juntos la harina y el polvo de hornear en un tazón pequeño y reserva.
En un tazón grande, bate juntos la mantequilla y el azúcar hasta que estén bien mezclados. Incorpora las yemas de huevo, la crema agria, la ralladura de limón y el extracto de vainilla. Agrega la mezcla de harina y mezcla bien.
Bate las claras de huevo hasta que estén muy rígidas y firmes. Incorpóralas a la mezcla de mantequilla.
Saca las manzanas del horno y espolvorea canela por encima. Vierte la masa sobre las manzanas y hornea durante 25-30 minutos hasta que esté dorado y un palillo insertado en el centro del pastel salga limpio.
Retira el pastel del horno y déjalo reposar durante unos 5 minutos. Luego, pasa un cuchillo por los bordes del pastel para despegarlo de los lados del molde y dale la vuelta al pastel sobre un plato para pasteles.
Se puede servir tal cual o con helado de vainilla. ¡Disfruta!